LAS BUENAS NOTICIAS EN SALUD DEL CLUB DE #SANOSYSABIOS#: ¿Volverán las oscuras mascarillas a nuestras caras tapar?

Buenos días mis queridos pacientes y asociados de todo tipo y condición. Bienvenidos al club de #SanosySabios#, donde nos cuidamos y aprendemos a cuidarnos.

Parafraseando a uno de mis poetas «fatalmente» románticos Gustavo Adolfo Bécquer, me pregunto, «si volverán las oscuras golondrinas a nuestro balcón sus nidos a colgar» o dicho de otro modo, ¿volverán las oscuras mascarillas a nuestra cara tapar?.

 

La única respuesta con criterio y sentido común a esta cuestión es «DEPENDE». Y seguimos con las analogías, en este caso musicales, «Depende, de que depende» como cantaba Pau Dones, el cantante de Jarabe de Palo. Pues depende de lo que hagamos como sociedad en su conjunto y como gestione la administración los recursos para evitar llegar otra vez a una situación complicada que nos obligue a tomar decisiones drásticas (véase el caso de China ahora mismo).

 

En nuestro entorno actualmente gracias a los altos índices de vacunación masiva en la población susceptible y a la pasadita del Omicron (¡¡valgame Dios!!) se estima que más del 85% estamos con un buen nivel de Anticuerpos frente al Covid y más del 70% disponemos de células T con memoria inmunológica frente al bicho en cuestión.

 

Estos resultados son los responsables de que aunque los niveles de trasmisión sigan siendo altos entre la población, las hospitalizaciones por Covid se mantienen en unos niveles muy aceptables tanto en planta como en las UCI, evitando el colapso del sistema sanitario. Esto quiere decir que la gran mayoría de los casos son leves o asintomáticos y se pasan en cas o incluso trabajando sin darse cuenta.

Si ya no es importante medir la incidencia del bicho (el número de casos nuevos) por razones obvias. Tendremos que buscar otro indicador que nos avise con antelación de como evoluciona el bicho y oriente a las medidas necesarias para evitar la hecatombe de nuevo.

El número de hospitalizaciones en planta por Covid se perfila como el nuevo indicador. Pues nos avisa de la gravedad de los casos y del aumento o no de casos. Pero nos estamos encontrando con dos tipos de pacientes ingresados con Covid. Aquellos que ingresan por el Covid y aquellos que ingresan por otros motivos y dan positivo al virus.

 

Esta claro que no es lo mismo un caso que otro y el indicador fiable debe ser los pacientes que ingresan a causa del Covid. Es decir, los pacientes con Covid «primario» son los que ingresan por Covid y los otros pacientes con Covid «incidental» son los que ingresan por otro motivo y de forma, incidental se detecta Covid.

 

Hay varios estudios realizados en USA, Gales y Canadá que analizan los ingresos por Covid, atendiendo a esta diferenciación. Y aunque los resultados son heterogéneos, porque los criterios cambian a la hora de etiquetar los primarios, se aprecia con claridad que el porcentaje de ingresados por Covid primario oscila entre el 20 al 44% de todos los ingresados con Covid. Es decir, que la mitad más o menos de los que ingresan con Covid positivo, lo hacen por otros motivos.

 

Mientras mantengamos estas cifras y no saturemos el sistema, podremos ir a cara descubierta en aquellos lugares que el sentido común y la legislación permita. Aunque no podemos olvidar que podríamos «quemar» a la Atención Primaria con la horda de casos leves.

Por eso, hay que reforzar la primera línea de batalla para que atienda con comodidad a los casos leves y vigilar de cerca las hospitalizaciones por Covid primario para evitar el colapso hospitalario.

Por tanto, de eso depende, de hospitalizados con Covid o por Covid. He ahí la cuestión, como diría el bardo ingles.

 

 

UNIVERSO DE LAS BUENAS NOTICIAS:

 

 

Bacterias diseñadas para proteger de los antibióticos a nuestros microbios buenos:

Los antibióticos son medicamentos que salvan vidas, pero también pueden dañar los microbios beneficiosos que viven en el intestino humano.

El uso indiscriminado de antibióticos contra todos los microbios del cuerpo humano también puede contribuir a la propagación de la resistencia bacteriana a los fármacos.

En un esfuerzo por reducir esos riesgos, un equipo que incluye a James Collins y Andres Cubillos-Ruiz, ambos del Instituto de Ingeniería y Ciencia Médicas (IMES) adscrito al Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) en Estados Unidos, ha ideado una nueva forma de ayudar a proteger la flora natural del tracto digestivo humano.

Collins y sus colegas tomaron una cepa de bacterias que es segura para el consumo humano y la diseñaron para que produjera de forma segura una enzima que descompone a una clase de antibióticos llamados betalactámicos. Entre ellos se encuentran la ampicilina, la amoxicilina y otros medicamentos de uso común.

Cuando este «fármaco viviente» se administra junto con los antibióticos, protege la microbiota del intestino pero permite que los niveles de antibióticos que circulan por el torrente sanguíneo sigan siendo altos. Así se ha comprobado al menos en experimentos con ratones.

De los ratones a los humanos hay un paso. Es quitarles la cola y a hacer pruebas, porque este experimento pinta muy bien.

El equipo de Collins y Cubillos-Ruiz expone los detalles técnicos de sus últimos logros en la revista académica Nature Biomedical Engineering, bajo el título “An engineered live biotherapeutic for the prevention of antibiotic-induced dysbiosis”.

 

 

Nanodispositivos intracelulares que ejercen de medicamentos:

Una nueva y revolucionaria línea de investigación avanza hacia el uso de dispositivos de tamaño nanométrico para estudiar y modular la parte mecánica de las células. Los primeros de estos dispositivos nanométricos en ser diseñados impiden la división de las células mediante procesos mecánicos, y también pueden emplearse como medicamentos «mecánicos» para alterar o incluso destruir las células, lo que abre la puerta a tratamientos terapéuticos nuevos.

Un equipo investigador ha introducido dispositivos de 50 nanómetros de grosor —la milésima parte de un cabello— en el interior de células vivas con el fin de conocer su proceso de división y alterarlo, e incluso llegar a destruir células.

 

En este trabajo, que abre nuevas vías de exploración en el campo de la nanomedicina, participan las investigadoras Lluïsa Pérez-García y Ezhil Amirthalingam, de la Facultad de Farmacia y Ciencias de la Alimentación y el Instituto de Nanociencia y Nanotecnología (IN2UB) de la Universidad de Barcelona (UB).

El estudio lo ha liderado el profesor José Antonio Plaza, del Instituto de Microelectrónica de Barcelona (IMB), adscrito al Centro Nacional de Microelectrónica (CNM), del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) de España, y es el resultado de la colaboración con el equipo del IN2UB, dirigido por Pérez-García, y el del Centro de Investigaciones Biológicas Margarita Salas (CIB) del CSIC, con la investigadora Teresa Suárez al frente.

 

El trabajo constata que un objeto físico lo bastante pequeño y con la forma adecuada es capaz de interferir mecánicamente en el ciclo celular. A raíz de este nuevo estudio, se abren nuevas opciones para analizar otras geometrías y ver su efecto en el ciclo celular, un punto de partida de potencial interés biomédico para estudiar muchas enfermedades, como el cáncer, en el que la parte física de las células es muy relevante.

 

«Impedir la división celular o retrasarla mediante un obstáculo mecánico puede ocasionar la muerte celular, lo que podría ser clave para nuevos tratamientos futuros en medicina», apunta la investigadora María Isabel Arjona (IMB).

 

José Antonio Plaza y sus colegas exponen los detalles técnicos de esta innovación en la revista académica Advanced Materials, bajo el título «Intracellular mechanical drugs induce cell-cycle altering and cell death».

 

Usar un virus oncolítico contra el cáncer de páncreas avanzado:

Los virus oncolíticos son virus modificados genéticamente para reconocer y atacar a las células tumorales. Se trata de un tipo de inmunoterapia innovadora con gran recorrido en el tratamiento contra el cáncer.

En esta línea, se acaban de publicar los resultados de un ensayo clínico en fase 1 en el que se demuestra la seguridad del virus oncolítico VCN-01, y además se presentan alentadores resultados preliminares de su actividad antitumoral.

El estudio lo ha liderado el Dr. Ramón Salazar, jefe de grupo de investigación del Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (IDIBELL), ubicado en Hospitalet de Llobregat y que forma parte de la institución CERCA de la Generalitat de Cataluña, ​​y miembro de Centro de Investigación Biomédica en Red del Cáncer (CIBERONC), en España.

Los resultados del estudio demuestran que la administración intravenosa del virus no desencadena efectos adversos importantes. Solo en algunos casos, los pacientes presentan fiebre o síntomas gripales que acaban revirtiendo.

“Los datos obtenidos en este ensayo clínico muestran la seguridad y el potencial de la inmunoterapia con el virus VCN-01 –comenta el Dr. Salazar-. Estos datos ya han sido revisados ​​y se espera poder empezar un ensayo clínico de fase 2 con el mismo virus durante la segunda mitad del 2022”. Pedazo de virus, cada vez me caen mejor.

 

Y hasta aquí ha llegado mi disertación dominical. Espero que el conocimiento os sirva para ser más sabios y mejorar vuestra salud cada vez más. Que disfrutéis de lo que queda de Domingo.

 

 

Que la salud y la sabiduría os acompañen.

Doc Juan Carlos Alonso
#SanosySabios#
Círculo de Salud

 

 

 

Comparte este contenido en tus redes sociales
Share on facebook
Share on linkedin
Share on twitter
Share on reddit

NOTICIAS