Buenos días mis queridos pacientes y asociados de todo tipo y condición. Bienvenidos al club de #SanosySabios#, donde nos cuidamos y aprendemos a cuidarnos.

 

Todos conocemos, hemos leído o hemos oído hablar de los efectos nocivos del estrés sobre nuestra salud. Pero de lo que no sabe casi nadie, ni ha leído y tampoco ha oído hablar es que podemos decidir la respuesta que vamos a tener frente al estrés, cuando se presente en nuestras vidas.

Hasta ahora siempre hemos creído que el estrés es una respuesta innata del organismo frente a cualquier situación, cosa, persona o extraterrestre que nosotros percibamos como amenaza.

En ese momento se desata una reacción inmediata que asegura una respuesta contundente y rápida que mejora nuestras opciones de sobrevivir al evento estresante.

 

¿En qué consiste esta formidable respuesta de nuestro organismo?

 

– Percibimos una amenaza.
– Tormenta hormonal sistémica que prepara nuestro cuerpo para pelear o huir.
– Activación preferente de cerebro, corazón y músculos.
– Cerebro: Para pensar más rápido y más eficazmente.
– Corazón: Para bombear más sangre y oxigenar mejor las partes más necesitadas.
– Músculos: Reciben el aluvión de sangre y hormonas para huir o para enfrentarse a la amenaza.
– Resolución del problema y volvemos a la normalidad.

 

Esta respuesta fisiológica que se generó como mecanismo de supervivencia en los albores del paleolítico nos permitió salvarnos en muchas ocasiones de las amenazas diarias que la naturaleza nos presentaba como los fenómenos naturales desastrosos o los animales a los que cazábamos para alimentarnos o nos cazaban ellos para su alimento.

 

Una vez pasado el peligro, la tormenta hormonal cesaba y volvíamos a la normalidad tras un breve período de alerta para asegurarnos que todo se había resuelto.

 

En la actualidad seguimos teniendo la misma capacidad de respuesta a las amenazas, pero los estresores han cambiado.

Ya no estamos tan expuestos a los fenómenos naturales, ni a los animales.

Pero si que estamos rodeados de una infinidad de estímulos estresantes de origen laboral, social, personal, emocional o de cualquier tipo que nuestro cerebro sigue interpretando como posibles amenazas y que nos impiden abandonar ese período de alerta para volver a la normalidad hormonal.

 

¿Qué consecuencias tiene para la salud permanecer en alerta?

 

 

– Aumento puntual de Adrenalina y Noradrenalina: Aumento frecuencia cardiaca y respiratoria, aumento de la presión arterial, etc.
– Aumento sostenido del cortisol para mantener la situación de alerta: Redistribuye la energía corporal, aumento de la glucosa, suprime el sistema inmune, aumenta las reservas de grasa, vasoconstricción de los vasos sanguíneos, taquicardias, tensión arterial elevada…
– Aumento de linfocitos T, citokinas proinflamatorias y Natural Killer con el desgaste asociado del sistema inmune.

 

 

Todo esto conlleva un desgaste continuo en múltiples funciones del sistema nervioso, endocrino e inmune predisponiendo al desarrollo de diferentes patologías físicas y mentales.

 

Esta es la vía del estrés más conocida, cuyo responsable hormonal principal es el «CORTISOL». A esta vía la podríamos llamar la Biología del Miedo.

Porque es nuestra forma de responder cuando la amenaza nos da miedo o pánico al considerarla como algo potencialmente perjudicial para nosotros.

 

Pero que pensaríais, si os dijera que existe otra vía del estrés que nos rescata de esta respuesta enfermiza y que esta controlada por otra hormona. La respuesta al estrés tiene un mecanismo incorporado para recuperarse del estrés. La naturaleza es muy sabia. Y se basa en la búsqueda de ayuda y apoyo social para resolver la amenaza.

Esta respuesta es conocida como la Biología del Coraje y esta gobernada por la OXITOCINA.

 

 

¿Qué consecuencias tiene para nuestra salud activar la Biología del Coraje?

 

 

– La glándula pituitaria la libera como parte de la respuesta al estrés.
– La oxitocina nos empuja a buscar ayuda y a contarles a los demás, lo que sentimos.
– Se asegura que busquemos a alguien en quien apoyarnos y a quien podamos ayudar.
– Un abrazo de 20 segundos libera esta hormona de forma importante y nos hace anhelar el contacto físico.
– El corazón tiene receptores para esta hormona y activa los mecanismos de reparación y regeneración de las células cardiacas.
– Ayuda a que los vasos sanguíneos se dilaten, en vez de contraerse con el cortisol.
– En suma, protege al sistema cardiovascular de los efectos del estrés.

 

«Entonces, que es lo que hace que unos activemos la Biología del Miedo por la vía del Cortisol con todas sus consecuencias negativas y otros activen la Biología del Coraje por la vía de la Oxitocina y estén protegidos de esos efectos perjudiciales.»

 

Pues, aunque parezca increíble, lo que hace que unos sufran los peligrosos efectos del cortisol y otros no, es la forma que tenemos de percibir al estrés como algo dañino para nosotros.

 

Y para que os quede claro, nada más esclarecedor que los estudios hechos en grandes muestras de población general. En un estudio hecho sobre 30.000 personas a lo largo de 8 años se confirmaron los siguientes datos objetivos y contundentes:

 

– El estrés incrementa un 43% el riesgo de muerte de origen cardiovascular en los que percibían el estrés como algo perjudicial.
– Este incremento traducido en muertes arroja un resultado de 20.000 muertes más por esta causa al año.
– En los que percibían el estrés como una oportunidad de mejora y activaban la vía de la oxitocina, el riesgo de morir era similar a la población general.

 

En otro estudio hecho sobre 1000 personas a lo largo de 5 años se les preguntó cuantos episodios estresantes habían tenido en el último año y cuánto tiempo han pasado ayudando a amigos, vecinos o familiares. Los resultados fueron igual de impactantes:

 

– Por cada experiencia estresante el riesgo de morir aumentaba en un 30 %.
– Excepto en aquellas personas que dedicaron parte de su tiempo a cuidar de los demás o trabajar por la comunidad.

 

Estos datos vienen a demostrar lo que ya decían varios estudios sobre el impacto en la mayor o menor longevidad de los humanos en general.

«Los humanos que están integrados con su comunidad y establecen relaciones de calidad permanentes viven más y mejor que aquellos que se mantiene aislados. Se ha demostrado que tiene más peso sobre la longevidad una vida social compartida que cualquier otro de los factores de riesgo cardiovascular conocidos como el tabaco, la hipertensión, la obesidad y otros.»

 

Y estos resultados se deben a la actitud predominante de activar la Bilogía del Coraje con la Oxitocina mediante la cooperación con nuestros semejantes, establecer relaciones sociales de apoyo mutuo y resolver nuestros problemas con la ayuda de los demás.

 

Porque esto es lo que ha hecho que la especie humana haya llegado donde esta y haya prosperado. Siempre que hemos trabajado conjuntamente desde el respeto mutuo y ayudado en la comunidad, hemos obtenido los mejores resultados a nivel grupal e individual, incluso en términos de calidad y cantidad de vida.

 

Por este motivo y con el apoyo de los datos científicos os animo a que practiquéis la vía de la Oxitocina y os vayáis abrazando sin mirar a quien por interés personal y colectivo.

 

«Estamos en un momento en que está resurgiendo con fuerza la Biología del Miedo y eso, ya sabéis, con datos objetivos, a donde nos lleva. Superad ese miedo y sacad el Coraje que todos llevamos dentro para construir la sociedad mejor para todos y de esta forma, viviremos más años y con mejor calidad de vida».

 

 

Me despido de todos vosotros hasta después del Verano en que espero que la Biología del Coraje siga ganando adeptos en este grupo de #SanosySabios#.

Que la salud y la sabiduría os acompañen. Hasta la próxima y os dejo a solas con vuestra conciencia para que elijáis lo mejor para todos.

 

¿Oxitocina ó Cortisol?

Doc Juan Carlos Alonso
#SanosySabios#
Círculo de Salud