LAS BUENAS NOTICIAS DEL CLUB DE #SANOSYSABIOS#: Y GANÓ POR GOLEADA MIS BICHITOS BUENOS O «LA MICROBIOTA» EN «SUAJILI» CIENTÍFICO.

Buenos días mis queridos pacientes y asociados de todo tipo y condición. Bienvenidos al club de #SanosySabios#, donde nos cuidamos y aprendemos a cuidarnos.

 

Y después de recibir un montón de sugerencias por vuestra parte, declaro ganador por goleada a mis amigos los «Bichitos Buenos» para hablar de y sobre ellos en el primer boletín tras dos meses de descanso cerebral.

 

Esto es un regalo envenenado, porque sobre la microbiota se pueden escribir tratados y tratados y de hecho, se han escrito, se escriben y se escribirán.

 

 

Es tal la ingente cantidad de material que genera el estudio de estos bichitos que es muy difícil y complicado elegir un tema concreto sobre el que contaros cositas interesantes.

 

 

Para que os hagáis una idea, os diré que en el año 2009 sólo se publicaron 100 trabajos experimentales sobre la microbiota y 13 publicaciones sobre su relación con enfermedades humanas. Y sólo 10 años después, en 2019, pasaron a ser 2788 experimentales y 269 publicaciones y el ritmo de crecimiento no decae.

 

 

El interés que ha despertado el estudio de estos bichitos tan buenos esta directamente relacionado con la capacidad que tienen para mantenernos en un estado de salud aceptablemente bueno.

 

Unos bichitos que han demostrado su impacto positivo o negativo (si no los cuidamos) en el curso de enfermedades tan graves y dispares como el Cáncer colo-rectal (377 publicaciones hasta la fecha corroboran su eficacia), Enfermedad de Crhon (375 estudios), Parkinson (287 más), Obesidad (268), Diabetes tipo2 (246) o Cáncer (232), no es de extrañar que se haya desatado una especie de euforia colectica en la comunidad científica para estudiarlos y averiguar como los podemos cuidar para que ellos nos cuiden a nosotros.

 

 

Pero, no contentos con todo esta explosión de datos esperanzadores sobre enfermedades tan reales, encontramos una relación clara entre nuestro microbioma y nuestro cerebro. Es decir que esté más o menos tranquilo, ansioso, feliz, tristón, activo, desanimado, despierto o dormido, también depende de la relación de estos bichitos con mi cerebro. Es lo que conocemos como eje intestino-cerebro.

 

 

¿Cómo mandarían estos microorganismos mensajes al cerebro? Se postulan tres grandes líneas de acción.

 

1. A través de la producción de neurotransmisores (o sus precursores), que viajarían desde el intestino hasta el cerebro. Curiosamente, casi la mitad de la dopamina del cuerpo humano (conocida como la hormona del placer) está producida por los microorganismos que habitan en nuestro intestino y la serotonina en un 90% nada menos (conocida como la hormona de la serenidad)

 

2. Mediante la modulación del principal sistema de respuesta neuroendocrina al estrés: el eje hipotálamo-hipófisis-suprarrenal (HPA). Su desregulación es patente en personas con depresión, esquizofrenia o bipolaridad. El estrés crónico, por ejemplo, activa este eje, y, en el caso de una hiperactividad prolongada, podría generar daños cerebrales debido a una inflamación crónica.

 

3. Finalmente, la microbiota podría interactuar directamente con nuestro sistema inmunitario, produciendo ácidos grasos de cadena corta. Estos compuestos regulan la función de unos centinelas cerebrales (la microglía), que actúa frente a infecciones y daños en el tejido nervioso. Sin embargo, la disfunción debida a estrés crónico, dieta o sueño inadecuado desencadena neuroinflamación.

 

 

Nos encontramos ante unos bichitos que son los responsables en casi un 90% de nuestro estado de bienestar físico, mental, emocional y casi diría espiritual. Pero lo más grave es que no les hemos hecho ni puñetero caso hasta hace bien poco y además en los últimos cien años nos hemos dedicado a machacarlos sistemáticamente y ahora estamos pagando las consecuencias.

 

No podemos menospreciar el potencial tan elevado a nivel terapéutico de estos amigos microscópicos, teniendo en cuenta que hay hasta 10 veces más bichitos que células en todo nuestro organismo (10 elevado 13 células frente a 10 elevado 14 microbios).

 

Pero lo más importante e impactante es su capacidad de modificar la expresión de nuestros genes por aplastante mayoría (23000 genes humanos frente a más de 1 millón de genes microbianos).

 

 

Esta interacción continua entre nuestro mini-paquete genético y el pedazo de paquete genético de estos graciosos bichitos es lo que le da ese poder de mantener o quitarnos la salud en el más amplio de los sentidos.

 

 

Por este motivo, os animo desde aquí y desde ahora mismo que os pongáis manos a la obra y cuidéis de esos bichitos como si os fuera la vida en ello. Porque así es, nuestra vida depende de darles la mejor calidad de vida a estos simpáticos microbios.

 

Buscad a un especialista que os ayude y os informe sobre la mejor forma de ayudar a vuestros bichitos y ganareis en cantidad y en calidad de vida.

 

 

Que la salud y la sabiduría os acompañen. Hasta la próxima.

Doc Juan Carlos Alonso
#SanosySabios#
Círculo de Salud

 

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