LAS BUENAS NOTICIAS DEL CLUB DE #SANOSYSABIOS#: Vamos a contar «verdades» sobre mentiras que todos nos creemos sobre la alimentación.

Buenos días mis queridos pacientes y asociados de todo tipo y condición. Bienvenidos al club de #SanosySabios#, donde nos cuidamos y aprendemos a cuidarnos.

Con este nuevo artículo no pretendo hacer un tratado exhaustivo sobre todas las leyendas urbanas que nos han «colado» sobre la alimentación y todo lo que le rodea. Sería imposible y necesitaríamos montar un master universitario para abarcar todo el contenido.

Vamos a desgranar, a lo largo de varios artículos semanales, estos supuestos mantras que todos hemos pensado o pensamos que son verdades inmutables.

Y os contaré porque son falsas y cuál sería realmente la verdad que esta intentado ocultar y los intereses que hay detrás, si los hubiera.

Y hoy he decidido empezar por uno de los mantras que más daño han hecho en la salud colectiva de nuestro entorno occidental por sus repercusiones médicas y la epidemia de enfermedades cardiovasculares que ha provocado el solito.

Os presento a la Grasa como enemigo público número 1, su historia, desarrollo, anécdotas varias y desenlace.

 

– LA GRASA ES MALA:

 

Desde nuestra infancia nos han martilleado diciendo que toda la grasa hay que evitarla, que sube el colesterol y que nos puede matar lentamente provocándonos infartos al corazón, ictus cerebrales, mala circulación en las piernas y etc y más etc.

Pero cuando miramos a nuestra fisiología normal, lo primero que vemos es que el cerebro se alimenta fundamentalmente de ácidos grasos esenciales (los famosos omega 3 entre otros) y que si no recibe suficiente, se apaga el interruptor y se produce deterioro cognitivo (llamemosle predisposición a la demencia).

Las principales hormonas de nuestro organismo de las que dependen funciones básicas para nuestro normal funcionamiento tienen en su composición química como elemento central el «malévolo» colesterol. Me refiero a las hormonas sexuales, corticoides en todas sus variantes y vitamina D entre otras.

 

¿Porqué se demonizó la ingesta de grasa en un momento dado?

 

En la década de 1960 un grupo azucarero conocido como «Sugar Research Foundation» (hoy se han cambiado el nombre a Sugar Association) pagó, si has leído bien, pagó a tres científicos de la Universidad de Harvard para que en una investigación sobre los efectos del azúcar y de la grasa en la salud cardíaca, presentaran sesgadamente un papel preponderante de las grasas y le restaran importancia al papel del azúcar.

 

Este artículo fue publicado en el New England Journal of Medicine (la biblia en pasta de la evidencia científica) y a partir de ahí la industria alimentaria puso en marcha una de las mayores campañas de marketing, sobre lo mala que es la grasa de la dieta para el corazón y no el azúcar.

 

Aunque no hay evidencias de que esta grasa sea la responsable de toda la patología cardiovascular.

 

Pero la historia sigue. Poco tiempo después, el Dr. Mark Hegsted (uno de los científicos comprados) fue nombrado Director de Nutrición del Ministerio de Agricultura y redactó varios documentos en el mismo sentido, sentando estas mentiras como verdades absolutas y nombrando asesores de la industria alimentaria para participar en la redacción de estos documentos.

 

El acoso a cualquier tipo de grasa fue brutal y se dejo vía libre a todos los productos azucarados y ricos en hidratos de carbono para su consumo sin límites y sabiendo que la población se engancharía más fácilmente.

 

Los resultados en términos de salud, ya los conocemos. A partir de 1970 el porcentaje de obesos fue aumentando exponencialmente, pasando de un 15% en la década de 1980 a un 35-40% en 2010. En 2014 se calculó que más de 1900 millones de adultos eran obesos, o lo que es lo mismo un 39% de la población mundial tenía sobrepeso.

 

Los resultados en Diabetes van en paralelo por los mismos motivos. Hemos pasado de un 2% de diabéticos en 1970 a un 10% en 2015. Pero si nos vamos a etapas más precoces como la prediabetes o intolerancia hidrocarbonada nos vamos a casi un 40%.

 

 

Y ahora ya sabéis, como se gestó la persecución a las grasas y se permitió campar a sus anchas el consumo indiscriminado de todo tipo de azúcares. Y como ha impactado en nuestra salud global con unas cifras espeluznantes de mortalidad cardiovascular provocadas por los intereses de algunas industrias.

 

Pero que sepáis que aún a día de hoy, se sigue intentando manipular la información. En 2015 se reveló que la Cia Coca-Cola se había asociado con un grupo de investigadores para divulgar que el azúcar tenía que ver muy poco con la obesidad y que solo estaba implicado con la caries dental.

 

Y en otro estudio de 2016 se llegaba a afirmar que los niños que comen dulces, estaban más delgados que los que no comían. Esto con la financiación «desinteresada» de una compañía de golosinas. Y esto es de «antesdeayer» para que no os creáis que no lo siguen intentando.

 

Actualmente esta demostrado que las únicas grasas malas de verdad, son las famosas «trans» artificiales (proceso industrial que convierte grasas líquidas en sólidas) y que están claros sus efectos nocivos sobre el desarrollo de la arterioesclerosis en placas.

 

Pero los otros tipos de grasas, como las insaturadas (mono o poli), son necesarias y beneficiosas y nos protegen de todas esas enfermedades cardiovasculares que se supone que provocaban.

 

Y ya para terminar, me gustaría introducir un concepto básico en la alimentación. Cuando hablamos de algo esencial como ácido graso esencial, es porque sólo lo podemos obtener de la dieta y es necesario que lo consigamos de nuestra dieta habitual para asegurar un adecuado funcionamiento de nuestro metabolismo en general. Y dicho esto, os dejo una frase para la reflexión:

 

Si sólo existen aminoácidos (base de las proteínas) esenciales y grasas esenciales. Pero no hay ningún hidrato de carbono esencial.

 

¿Qué coño hacemos comiendo tanto hidrato de carbono?

 

 

Buscad a un especialista que os ayude y os informe sobre la mejor forma de alimentaros y ganareis en cantidad y en calidad de vida.

 

Que la salud y la sabiduría os acompañen. Hasta la próxima.

 

Doc Juan Carlos Alonso
#SanosySabios#
Círculo de Salud

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