LAS BUENAS NOTICIAS DEL CLUB DE #SANOSYSABIOS#: Vamos a contar «verdades» sobre mentiras de la alimentación: Episodio 2.

Buenos días mis queridos pacientes y asociados de todo tipo y condición. Bienvenidos al club de #SanosySabios#, donde nos cuidamos y aprendemos a cuidarnos.

 

Hoy vamos a seguir con otro de los grandes mantras sobre alimentación:

Las CALORÍAS de los alimentos

 

 

Creo que todos tenemos metidos en el ADN colectivo que cuantas más calorías metamos en nuestro cuerpo, más engordaremos y que para bajar de peso lo único que podemos hacer, es reducir el número de calorías lo más posible y así adelgazaremos.

 

La mayoría de las dietas de adelgazamiento se basan en contar calorías, teniendo en cuenta que 1 gramo de proteínas equivale a 4 calorías, 1 gramo de carbohidratos a 4 también y un 1 gramo de grasas a 9, sólo tenemos que contar la cantidad de estos macronutrientes para hacer las cuentas.

Todos creemos que contando las calorías que ingerimos, seremos capaces de saber cuantas calorías debemos «quemar» y así obtendremos un balance neto ó negativo ó positivo, según queramos mantenernos, adelgazar o engordar respectivamente.

 

Por ejemplo, si entran 100 calorías y luego quemo esas 100, me quedo en tablas. Es decir, caloría que entra, caloría que debe salir.

 

Este esquema tan simplista nos ha llevado a obsesionarnos con las dietas hipocalóricas para perder peso sin tener en cuenta otros muchos factores.

 

Cada cuerpo humano individual digerirá y utilizará las calorías de forma diferente. La ciencia desacreditó hace tiempo la idea de que todas las calorías, independientemente de su origen, funcionan igual en cualquier cuerpo humano.

 

Y sin embargo, seguimos creyendo a pie juntillas este mantra y lo que es peor, lo siguen creyendo y aplicando muchos profesionales de la nutrición como médicos, endocrinos, enfermería, nutricionistas, dietistas y etc, etc.

 

En un ensayo clínico publicado en 2017 por el equipo de V.L Veum (VEUM, Vivian L., et al. Visceral adiposity and metabolic syndrome after very high–fat and low-fat isocaloric diets: A randomized controlled trial. The American journal of clinical nutrition, 2017, vol. 105, no 1, p. 85-99.) demostró que los individuos del estudio conseguían perder el mismo peso y tener mejoras similares en los niveles de glucosa y colesterol, ya fuera que llevaran una dieta rica en grasas o baja en grasas sin modificar nada más.

 

Si una caloría es siempre una caloría. Porque la gente que comía la dieta rica en grasas y por tanto ingería muchas más calorías, perdía peso igual que la otra. Y además el grupo de la dieta baja en grasas debería haber bajado más de peso y no fue así. Esto echa por tierra la idea de que para adelgazar solo hay que contar calorías.

 

Como éste hay más estudios que han salido con parecidos resultados en los últimos años. Estamos dándonos cuenta que cada ser humano procesa la comida de manera distinta y extrae la energía de los alimentos de forma variable.

 

Existen muchas variables que no se han tenido en cuenta hasta ahora como la edad, el peso previo, la composición corporal del individuo en masa magra y grasa y por supuesto, el funcionamiento de su aparato digestivo con la eficacia de sus enzimas, de su tránsito intestinal más o menos rápido y de un micro-universo viviente llamado microbiota.

 

La composición de la microbiota afecta directamente a la cantidad de energía que es capaz de extraer cada individuo de los nutrientes. Ya sabemos que la capacidad del microbioma de la gente obesa es mucho más eficiente para obtener energía que el de la gente delgada.

 

Es decir, los obesos obtienen más calorías de un mismo alimento que los delgados y esto nos lleva a entender muchas cosas que antes no éramos capaces de explicar. Porque los obesos, aun comiendo menos en muchas ocasiones, seguían ganando peso o directamente no lo perdían.

 

Es evidente que hay muchas más factores a tener en cuenta, pero sólo con estos datos ya hemos desmontado otro mito falso sobre la importancia capital del número de calorías, vengan de donde vengan.

Esto no quiere decir que si yo me pongo a comer, como si no hubiera un mañana, claro que engordaré, porque la cantidad de calorías será tan desproporcionada que mi balance será claramente positivo.

Pero esto nos enseña que las dietas que sólo cuentan calorías, no funcionan en la mayoría de los casos, porque cada uno tenemos un metabolismo y un funcionamiento diferente y asimilamos o aprovechamos la energía en función de nuestras particularidades.

 

 

La dieta habitual debe ser personalizada y tener en cuenta muchos detalles en atención a la complejidad de nuestra fisiología humana y microbiana.

 

Por este motivo, buscad siempre a un profesional que tenga en cuenta todos estos factores y otros que ya nombraremos en esta serie para que te diseñe tu dieta personal e intransferible.

 

 

Que la salud y la sabiduría os acompañen. Hasta la próxima.

Doc Juan Carlos Alonso
#SanosySabios#
Círculo de Salud

 

 

 

 

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