Impacto del Sistema digestivo en nuestro estado de salud.

El intestino es el eje fundamental del mantenimiento de un estado de salud adecuado. Todo aquello que perturbe su buen funcionamiento va a afectar irremediablemente al equilibrio de nuestro estado de salud. A través del mismo, recibimos los nutrientes necesarios para convertirlos en el combustible (ATP) del que nuestras células se alimentan y, a través de él, nos ponemos en contacto con el mundo exterior, interaccionando constantemente con él por medio de la microbiota y de nuestro sistema inmunitario, situado preferentemente detrás de nuestra barrera intestinal.

El sistema inmunitario intestinal constituye la parte más extensa y compleja del sistema inmunitario. Recibe diariamente una enorme carga antigénica y es capaz de distinguir entre patógenos invasivos y antígenos inocuos procedentes de los alimentos y de bacterias comensales (fenómeno de tolerancia oral).

La integridad física y funcional del intestino es fundamental para la salud; de ella depende que los nutrientes sean absorbidos correctamente y que las moléculas tóxicas o antigénicas que puedan causar patologías no sean absorbidas.

La permeabilidad intestinal aumentada o leaky gut syndrome (síndrome del intestino «agujereado») es una patología cuyo interés va en aumento y se correlaciona, entre otras, a intolerancias alimentarias. El incremento de la permeabilidad intestinal se asocia también con: síndrome celíaco, enfermedad de Crohn, eczema atópico, enfermedad renal crónica, candidiasis intestinal y gran variedad de enfermedades autoinmunes.

El sistema gastrointestinal es el órgano linfoide de mayor tamaño en el cuerpo pues contiene el 80 % de todas las células inmunocompetentes del organismo. Su número es mayor que el de la médula ósea, el bazo y los ganglios linfáticos juntos. Por esta razón, se afirma que no es posible tener una buena inmunidad si el intestino no está en buen estado.

Comprende un área de superficie enorme que cada día afronta una legión de nutrientes y antígenos y los procesa. El sistema inmunitario intestinal está vinculado con homólogos en otras superficies mucosas y, juntos, componen lo que se ha llamado el sistema inmunitario común de las mucosas.

Las causas del aumento de la permeabilidad intestinal (síndrome de intestino agujereado o colador como os dije) pueden ser:

1.- Poca masticación en las comidas o deficiencia de ácido clorhídrico (hipoclorhidria) o de enzimas pancreáticas.

2.- Deficiencias nutricionales de vitaminas y minerales.

3.- Dieta proinflamatoria: ciertos alimentos y algunas sustancias como derivados refinados del trigo, productos lácteos, azúcar, café, té, alcohol, alimentos procesados y no biológicos pueden irritar el intestino produciendo inflamación y excesiva permeabilidad.

4.- Uso de medicamentos como los esteroides, la aspirina y el paracetamol, los cuales, aunque alivian los síntomas de inflamación en otros lugares del cuerpo, afectan la mucosa gastrointestinal y precipitan un ataque enzimático y de ácido en la pared intestinal. Inhibidores de la bomba de protones.

5.- Infecciones intestinales: estos organismos atacan la membrana intestinal produciendo inflamación, destruyendo la flora intestinal e impidiendo la producción de ciertas vitaminas como las B, K y A. Candidiasis.

6.- Intolerancias alimenticias: muchas personas no saben que padecen intolerancias porque la reacción, a veces, no es inmediata. En muchos casos, los síntomas pueden aparecer hasta 72 horas después de la ingesta del alimento.

7.- Envejecimiento.

8.- Acontecimientos del estilo de vida o agentes emocionalmente estresantes, los llamados tóxicos endógenos.

9.- Privación del sueño.

La integridad de la barrera intestinal es la clave que va a permitir conservar un buen estado de salud.

La presencia de una permeabilidad aumentada está presente en los comienzos de muchas enfermedades, incluso estando asintomáticos por completo. Si fuéramos capaces de detectar precozmente estos trastornos, podríamos realizar una medicina preventiva e individualizada.

A la luz de este nuevo paradigma, el abordaje de los pacientes debería seguir los pasos siguientes:

– En primer lugar, detectar si existe una predisposición genética y, podría añadirse también, una predisposición individual en función de los rasgos de personalidad (mayor o menor tolerancia al estrés).

– Luego, analizar qué factores ambientales están actuando para eliminarlos.- Modular la respuesta inmunitaria por la falta de comunicación entre la inmunidad innata y la adaptativa que perpetua la inflamación.

– Por último, restaurar la barrera intestinal para recuperar el funcionamiento normal tanto digestivo como inmunitario.Esta aproximación implica que, una vez el proceso inmunitario se ha activado, se podría modularlo o incluso revertirlo, si se actúa sobre la continua interrelación entre genes y medio ambiente.

El tratamiento se debe enfocar desde varios ángulos:

– Eliminación de las causas: alimentos irritantes, fármacos antiinflamatorios. Diagnosticar y tratar la intolerancia a alimentos o aditivos y la posible disbiosis intestinal.

– Ingerir alimentos altos en fibra como vegetales, frutas y legumbres.

– Reparación de la membrana intestinal: L-glutamina, vitaminas, antioxidantes y cofactores, quercitina, y ácidos grasos esenciales.

– La detoxificación debe considerarse desde un abordaje multifactorial, en el que intervienen una esmerada atención a cada una de las principales vías de eliminación (bilis, orina, intestinos y sudor) y una selección cuidadosa de los nutrientes necesarios para favorecer la detoxificación

– Los probióticos pueden ejercer efectos beneficiosos en la salud modulando la composición de la microbiota intestinal, mediante inhibición de patógenos (producción de ácidos orgánicos, bacteriocinas, competición por sitios de unión epiteliales y por nutrientes) o favoreciendo la presencia y diversidad de los grupos microbianos considerados como beneficiosos dentro del ecosistema intestinal